La finestra

Wednesday, September 13, 2006

Lluvia psicológica

Ayer llovía. LLovió con fuerza, toda la tarde. Las gotas caian sobre mi pelo mojado mientras caminaba por la ciudad, siguiendo el rastro que me conduciría al lugar de mi cita. Por el suelo, los charcos empezaban a ganar tamaño al mismo tiempo que los arboles intentaban guarecerse del temporal apretando sus ramas unas contra otras.
La lluvia me impregnaba por completo. Primero los hombros i la cabeza, luego hasta la punta de los pies.Al principio pense en ir a mi reunión protegiendome del agua bajo los aleros de los edificios. Despues de la cuarta perla cristalina, ya no me importó. El camino era corto y la lluvia intensa, con lo que el resultado fue desastroso para mi sequedad corporal.
Como es costumbre en mi, llegué media hora antes de la cita al lugar previsto. Con un poco de frío (despues de este julio no pensé que esta palabra pudiera asociarse a esta ciudad) escurrí mi mano hasta el bolsillo del pantalón y saque un paquete con las letras borrosas de Lucky. POr suerte, el papel de plastico tiene un significado dentro de la fisionomia del paquete,y los cigarros seguían intactos. Despues de pelear un rato con el encendedor, consegui una debil llama, debil pero suficiente para comunicar el color naranja a mi cigarro intacto. La primera bocanada me supo a desengaño, la segunda a curiosidad y la tercera a placer. El tiempo pasaba despacio, al igual que la lluvia que seguia cayendo con fuerza. Quedaban menos de cinco minutos para la hora acordada previamente en una conversación telefónica y mi presupuesto acompañante seguía sin aparecer. Despues de entrar en un quiosco y comprar un periódico que hablaba de las muertes en el Líbano, me dispuse a leerlo con detenimiento. Los israelis seguían su estrategia implacable de bloqueo y asfixia a sus vecinos. Me pregunté que pasaría si hicieramos eso nosotros con Francia...
Despues de dejar de lado las cuestiones bélicas, la hora ya sobrepasaba la media sobre la acordada.Con la lluvia borrando los ultimos titulares del periodico, el movil de mi cita seguia sin responder con su habitual tono al tiempo que una voz metálica me hablaba sobre la disponibilidad del movil. Con los puños apretados y los dientes chirriando me dirigí a casa.Cuando llegue, por si acaso no habia tenido bastante agua me duché. Después de eso me fui directamente a la cama.
Hoy me he levantado y me asomado a la ventana a ver la lluvia. No habia restos de ella, y en el cielo un gran sol resplandecia.

1 Comments:

Blogger Thsbonilla said...

Espero que no todo el mundo te haga esperar...

Besos.

9:36 PM  

Post a Comment

<< Home